Porque tú eres importante simplemente por ser tú

En esta ocasión quería compartir con vosotros las palabras que dije en el X Aniversario de la asociación Música sin Barreras, que tanto me ha dado, cuyo lema es, precisamente, "porque tú eres importante simplemente por ser tú". 

"Buenas tardes a todos los que estáis aquí para conmemorar este décimo aniversario de la asociación Música sin Barreras. Pero, me pregunto yo y quizás alguno de vosotros ¿qué estamos celebrando exactamente aquí? Decía el filósofo Nietzsche que “sin música la vida sería un error” Si esto se llama Música sin Barreras, ¿celebramos, pues, la música? ¿Ese lenguaje mágico que nos permite decir y compartir lo que las palabras a veces no consiguen? Pues no, no estamos celebrando la música, sino algo mucho más grande: las personas. Porque Música sin Barreras es, sobre todo, un espacio de encuentro, donde diferentes personas compartimos nuestra vida y nuestra ilusión. La música es un medio para ello, y es un gran medio, pero no es el fin de este grupo: lo principal es construir un espacio para disfrutar y compartir. 

Y ¿cómo nació Música sin Barreras? De la ilusión de unos jóvenes que, de la mano de dos personas, Ana Artázcoz y Antonio Mellado, decidieron dar un paso y darle forma a un proyecto que aunara música e integración, música y encuentro, música y vida. Quizá es que me empiezo a hacer viejo poco a poco, pero cuando miro atrás a ese momento en el que creamos Música sin Barreras, me veo incapaz ahora de empezar algo así desde cero y hacerlo crecer hasta lo que es hoy. Hay un momento de la vida donde uno se lanza a lo imposible porque no es consciente de los riesgos, de las dificultades, etc., es gracias a esa ingenuidad por la que se emprenden este tipo de proyectos. Éramos ocho jóvenes que ni siquiera llegábamos a la mayoría de edad, por lo que tuvimos que tener un representante externo mayor de edad los primeros meses, y no teníamos ni idea de estatutos, contabilidad, burocracia… pero conseguimos con ayuda escribir los estatutos, registrar la asociación, conseguir el dinero para arrancar… 

Mirando atrás la verdad que Música sin Barreras siempre me ha parecido un pequeño milagro: cuando parecía que no había manera de conseguir financiación, aparecía una nueva oportunidad; cuando nos quedábamos sin sitio para ensayar o guardar las cosas, surgía alguien en nuestra ayuda… La verdad que es mágico lo que se puede hacer con gente dispuesta a entregar su tiempo y su energía gratuitamente. En un mundo a veces tan centrado en lo productivo y en sacar algo a cambio, donde dar sin calcular lo que vas a recibir es de “pardillos”, donde todo tiene un precio pero pocas cosas verdadero valor, este tipo de grupos y asociaciones (como tantos otros que existen), son una propuesta revolucionaria. Pequeños, humildes, sin grandes pretensiones, pero centrados en las personas. 

Música sin Barreras es un tesoro, y lo digo en primera persona. Durante diez años de mi vida me ha enseñado mucho: el valor del esfuerzo y de la paciencia, el poder de la alegría, el centrar la vida en lo esencial, lo maravilloso de acabar un día de festival exhausto con personas con las que se comparte una meta, etc. Pero no solo eso. Decía que Música sin Barreras es encuentro personal, y eso en mi caso es radicalmente verdad: fue en el origen de Música sin Barreras donde conocí a la que ahora es mi mujer: fue en el voluntariado con la música donde nos conocimos y crecimos juntos. Pero esta historia es solo una de tantas de las que hemos vivido tantas personas que hemos pasado por Música sin Barreras todos estos años; historias de superación y de cariño, superación y cariño que se va retroalimentando y transmitiendo. Comienza por unos pocos que van a hacer voluntariado con personas con discapacidad, pero enseguida esas personas muestran que son muy pero que muy capaces, y a través de la música llevan su alegría y su labor a otras personas: residencias de ancianos, hospitales, eventos solidarios… Es como una cadena de entrega y amor que se contagia y hace de este mundo un lugar un poquito mejor. 

Termino ya: Solo quiero expresar el sentimiento que más me brota en este día: agradecimiento. A pesar de haber formado parte desde el inicio de este sueño, siento —y creo que en esto pongo voz a muchas personas que han pasado por Música sin Barreras— que he recibido muchísimo más de lo que he dado, uno tiene la sensación de ser parte de un engranaje más grande que uno mismo, en el que da solo lo de uno mismo, pero recibe lo de todos. Por eso, a pesar de que el talento y la perseverancia que tienen nuestros participantes está fuera de toda duda, las barreras que queremos superar en Música sin Barreras no son las técnicas musicales, sino el miedo, el aislamiento, los prejuicios, el egoísmo… Lo que vibra aquí no son solo las cuerdas de la guitarra o los parches de los tambores, sino un montón de corazones que con su diversidad crean una armonía única y mágica. Ojalá que está música tan especial no deje de vibrar entre nosotros. Celebremos y disfrutemos con alegría de este acontecimiento. Muchas gracias".