sábado, 23 de noviembre de 2013

La estructura narrativa de la vida

Escribo este texto a raíz de una conversación sobre la responsabilidad de la propia vida en una actividad de formación como monitor de jóvenes. Y es que es tan cierto como fácil de olvidar que somos seres libres, con capacidad de dar razón del camino que tomamos en la vida. 

Configuramos nuestra vida en cada acción, en cada paso que damos, pero es necesario elevar la mirada, porque si no, nos quedamos en el árbol pero no podemos ver el bosque. Hace falta una mirada profunda hacia nuestro futuro que sea como una flecha que parta de nuestro presente hacia nuestro futuro, pero que también incluya en su cola todo nuestro pasado. Se trata de una unidad de vida, un "plan de viaje",  que como es evidente, como ocurre en muchos viajes, sufrirá imprevistos que cambiarán nuestros planes, pero siempre tendremos ese destino en el horizonte. Igual que Ulises tuvo mil y una desventuras, siempre llevo en su corazón Ítaca, que es lo que da unidad a todo su viaje. Los baches y charcos dificultan nuestro camino, pero no apartan nuestra mirada del objetivo, como el monte en el camino del montañero.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Máscara y persona

En su origen, el término persona viene del verbo latino personare ‘resonar’ y se utilizaba en los teatros griegos y romanos para designar las máscaras que los actores llevaban, las cuales tenían una abertura en la boca para lograr un sonido potente y vibrante (de ahí su significado de resonar). Sin embargo, reflexionando sobre ello, creo que precisamente para la comprensión de qué significa ser persona, es muy interesante oponerlo a máscara. Aunque el origen de la palabra persona esté en la máscara, creo que su sentido más propio se vislumbra cuando se opone a ella.

martes, 11 de junio de 2013

Por un ecologismo trascendente

Ser ecologista en nuestros días es políticamente  correcto. Esto es un hecho, al margen de la coherencia en el comportamiento que luego tenga la gente en sus hábitos. Presumir de tener una empresa que te ha hecho rico a base de ensuciar los ríos o masacrar innecesariamente animales, creo que todos estaremos de acuerdo, no está bien visto socialmente. La conciencia ecológica está muy presente en los objetivos educativos y suele ser de los primeros temas que aparecen cuando se habla, generalmente de una forma un tanto ambigua, de "educación en valores".

Esta conciencia ecológica que está tan extendida es algo que considero en sí mismo como un hecho positivo, pero que actualmente tiene dos problemas: una falta de fundamentación de fondo y el ir acompañada con posiciones filosóficas que van más allá del ecologismo, como tesis antropológicas y metafísicas que no se deducen de una postura ecológica. Por esta razón, voy a intentar proponer un ecologismo que no tenga estos dos problemas, o al menos dibujar las líneas por las que creo que podría desarrollarse.

martes, 14 de mayo de 2013

La lógica y el amor


⩝t ∃x ∃y (xy)
Sea el caso donde a = tú y b = yo:
⩝t (♥ba)
Nota: ♥ es un relator diádico que significa amar con locura


El anterior argumento se podría leer: “Para cualquier instante de tiempo t, hay alguien que ama con locura a otro alguien. Dado el caso que el primer sujeto soy yo y el segundo tú, la conclusión es que en cualquier instante de tiempo t estaré en una relación diádica contigo que significa amar con locura, es decir, SIEMPRE TE AMARÉ.”

Si un enamorado le escribe en un tweet a su amada t (♥ba), puede ser que la amada se emocione, aunque también puede ser que no se entere del significado de la fórmula de lógica de primer orden. Sin embargo, de lo que no cabe ninguna duda, es de que el origen de la posible emoción de la amada no estará en el alto grado de conciencia y expresión de su amor que el enamorado ha conseguido a través de la lógica. El origen de la emoción de la amada estará en el propio amor del enamorado, y la lógica no habrá sido más que un medio original de transmitirlo.

miércoles, 10 de abril de 2013

"Lo esencial es invisible a los ojos". La filosofía y la vida: reflexiones a partir de “El Principito”


Aprovechando el reciente 70 aniversario de la gran obra “El Principito” de Antoine de Saint- Exupéry, en esta entrada me gustaría a reflexionar sobre la filosofía y la vida a partir de un texto muy sugerente de esta maravillosa obra:
 “—Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:


—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

martes, 12 de marzo de 2013

El filósofo buscando la filosofía (reflexión al hilo del pragmatismo filosófico)

Reflexiones breves acerca de cómo posicionarse ante la verdad al hilo del artículo del profesor J. Nubiola Pragmatismos y relativismo: C.S. Peirce y R. Rorty Publicado en Unica. Revista de Artes y Humanidades de la Universidad Católica Cecilio Acosta, II/3, 2001, pp 9-21.

En primer lugar, creo que los dos extremos que se intentan evitar siempre cuando se busca una posición ante la verdad, en realidad no son extremos tan alejados, sino que son las dos caras de la misma moneda. Estoy hablando del dogmatismo y del relativismo. Ambas posiciones, en el fondo, no son afirmaciones gnoseológicas, sino voluntaristas.

jueves, 28 de febrero de 2013

¿Es la filosofía para todos?

Al hilo de una discusión en clase de Filosofía del Lenguaje sobre la filosofía y su lugar, han surgido voces a favor y en contra de que la filosofía sea para todos. Antes de que pudiera responder, se ha agotado el tiempo de intervenir y no he afrontar la cuestión. El problema es que no es una cuestión intrascendente, sino que creo verdaderamente que es una de las claves que debe resolver la filosofía para estar donde debe estar. Por ello, creo que debo intentar decir algo sobre el tema. Sé bien que estas pocas líneas no van a resolver definitivamente nada, pero espero que sea parte de una reflexión acerca de un tema que personalmente me parece vital.
Caspar David Friedrich: El caminante sobre el mar de nubes 


miércoles, 27 de febrero de 2013

Escuchando a Vicente del Bosque. Una lección para la vida


El pasado martes 26 de febrero tuvimos la suerte de poder tener un coloquio con el seleccionador Vicente del Bosque en la Universidad de Navarra. Personalmente siempre he admirado su trayectoria, no tanto por su dimensión deportiva como su dimensión humana. Y estos rasgos profundamente humanos son los que volví a admirar en sus respuestas. Quiero señalar dos frases (podría traer muchas más), que creo que pueden iluminar estos puntos.




“Hay que aprender a ganar además de aprender a perder.”

Una de las primeras cosas que me llamaron la atención fue esta referencia, aparentemente contraria al sentido común. Siempre queremos educar a los niños a saber perder, a aceptar la derrota a través del juego y del deporte, algo que indudablemente tiene un gran valor.

Pero también es cierto que hay que aprender a ganar, y quizás uno revele más de sí mismo en la victoria que en la derrota.
El respeto hacia el vencido y los gestos que se tienen al haber alcanzado la cima suponen la verdadera victoria o la verdadera derrota, porque no hablan del deporte, sino de lo humano. El ser capaz de integrar la fama y el éxito dentro de un proyecto de vida de humildad, respeto y exigencia, es aprender a ganar, es que la victoria no nos construya un ego que ahogue o oscurezca la persona que somos. Y creo que en esto Vicente del Bosque siempre ha sido un ejemplo de comportamiento.

Wittgenstein tropieza al salir de la caverna


Querido Wittgenstein:

Le escribo para hacerle una reclamación sobre su Tractatus: a pesar de pretender haber solucionado los problemas de la filosofía, en realidad la ha vaciado y recortado. Usted somete a un régimen tan extremo a la filosofía en su obra, que no al final no queda más que un esqueleto descarnado, un método que ya no tiene contenido.
Quiero ilustrarle mi crítica con un mito del pasado que quizás no conozca, pero que creo que tiene relación con su intento de resolver los problemas de la filosofía. Le hablo del conocido mito de la caverna del pensador griego Platón. Creo que le hubiera caído bien, también le iba lo de las matemáticas. Tanto es así que en su Academia tiene escrito eso de “que no entre aquí nadie que no sepa geometría”.

viernes, 22 de febrero de 2013

Una última lección del maestro Leonardo Polo: "Ser un buen chico"

El pasado 9 de Febrero se hizo un vacío en el mundo de la filosofía con el fallecimiento de Leonardo Polo.

A uno le tiemblan las manos al escribir algo sobre él, puesto que como joven y estudiante en filosofía,  apenas he empezado a vislumbrar su pensamiento, si bien debo admitir que desde que empecé a oír hablar de él y a leerle, no puede ser indiferente. Además, hay una cosa que siempre me causa admiración: tanto los que están de acuerdo con él como los que no, le tienen un respeto como un profundo pensador. Un gran profesor de la  carrera, Enrique Alarcón, decía de él que era "el hombre con mayor capacidad especulativa que había conocido en vida."

jueves, 21 de febrero de 2013

Vaguedad, divino tesoro

Esta es una reflexión acerca de la vaguedad a partir del texto de B. Russell Vaguedad. Forma parte de los ensayos realizados en Filosofía del Lenguaje con el profesor J. Nubiola. 


La vaguedad es un regalo para el hombre. La vaguedad del lenguaje humano no es una desventaja sino un gran punto a su favor. En la mayor parte de las situaciones humanas, el lenguaje humano aporta la claridad suficiente para la comunicación. 


La discusión sobre los diferentes grados de calvicie es superflua, mientras que la posibilidad de designar un gran número de estados de mayor o menor carencia de cabello con una única palabra es algo de valor incalculable. Lo mismo ocurre con los nombres de los colores. Un color a nivel físico es una longitud de onda concreta de un espectro continuo, lo cual significa que hay infinitos colores. Bien es verdad que el ojo humano tiene una cierta resolución, y por tanto, no es capaz de captar infinitos colores, pero sí del orden de los millones de colores. La capacidad de agrupar esa gran cantidad de colores mediante unas etiquetas nominales  es una capacidad mucho más valiosa que la de poder nombrar una a una esas longitudes de onda. De igual modo, el tener el adjetivo “calvo” de gran amplitud de uso, es más valioso que tener un nombre para cada porcentaje de pelo respecto de la cantidad de pelo en un estado de nula calvicie.